La realidad en la que vivimos es muy diversa y tenemos capacidad suficiente para nombrarla por eso hablaremos de un uso discriminatorio del lenguaje y no de un lenguaje discriminatorio.
"Con uso no discriminatorio del lenguaje estamos enriqueciendo lo que contamos: nuestra imaginación ha de encontrar nuevas formas de expresarnos y, con ello, contribuimos poderosamente a la llamada política de los pequeños pasos para transformar el mundo en el que vivimos"
Podemos clasificar el lenguaje discriminatorio en tres formas diferentes:
- Discriminación léxica: debida a la elección de ciertos términos.
- Discriminación sintáctica: según la forma en que construimos ciertas oraciones.
- Discriminación retórica: empleo de diversas técnicas para persuadir de manera indirecta sobre la inferioridad de ciertos grupos.
El lenguaje es una construcción social e histórica que influye en nuestra percepción de la realidad: condiciona nuestro pensamiento y condiciona nuestra visión del mundo.
Discriminación referida a la discapacidad.
Hasta hace relativamente poco tiempo tener una discapacidad constituía ser una persona de segunda categoría; una carga para las familias, una vergüenza. La persona era objeto de todo tipo de burlas y vejaciones, y no se concebía que pudieran ser personas auntónomas con una vida normal y autosuficiente.
El uso de expresiones tan frecuentes como "Le gusta más que a un tonto un lápiz", "Sale más caro que un hijo tonto" o "Le falta un hervor", demuestra que aunque sea de forma inconsciente se valora a las personas con discapacidad en un plano inferior.
Palabras referidas a las personas con discapacidad física como idiota, retrasado; personas con síndrome de Down como mongólicos, subnormales; con discapacidad física o sensorial como tullidos, cegarrutos y el uso de otros tantos términos que todos conocemos, son, los que debemos erradicar. Afortunadamente las cosas han ido cambiando poco a poco con el paso del tiempo, cada vez se fomenta más el respeto a la diversidad y el respeto por encima de todo de la condición de personas.
Ha de seguir fomentándose la tolerancia y el respeto, poniendo especial hincapié en llegar a una igualdad de derechos y uno de los pasos para llegar a esto, es hacer un correcto uso del lenguaje, sin que este discrimine a ninguna persona ni la haga sentir inferior a los demás por diversa que sea su condición.
Las expresiones que indicáis creo como bien decís que no deberían ser utilizadas, ya que efectivamente dejan a las personas con algún tipo de discapacidad en un plano inferior, aunque es cierto que no somos conscientes del significado que tiene cuando se utilizan, ocurre lo mismo que cuando hablamos de lenguaje machista ("coñazo", "cualquiera"...)
ResponderEliminarAfortunadamente creo que al sociedad esta cada vez mas sensibilizada respecto este tema.
Si que es cierto que en el lenguaje coloquial son asiduas palabras que según el contexto pueden ser despectivas. Yo creo que una palabra es despectiva o no, según la intención con la que tu la menciones y, además, si que son palabras que están tan sumamente admitidas que salen inconscientemente. Con esto no quiero decir que estén correctas pero si que es verdad que cada vez más la gente se sensibiliza más con el tema.
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